Eran las 6 de la mañana del domingo 26 de Febrero, primer
domingo de cuaresma cuando, tras una oración en la capilla de Santa María
Reina, partíamos para el asentamiento humano de Palmeras del Paraíso. Este
asentamiento está , situado en uno de los cerros habitados más elevados de la
parroquia y donde viven ( entre todos los asentamiento) unas 450 familias, la
gran mayoría compuestas por varios niños pequeños La expedición estaba
compuesta por ocho chicos y chicas del grupo de jóvenes de la capilla Santa
María Reina, cuatro adultos de la misma capilla, siete personas del grupo de oración de
nuestra parroquia, San José de Nazaret y el que escribe esta crónica, el Padre
José Luis Calvo. Cada uno iba cargado con alguna cosa: parantes, listones,
clavos, escalera, pico, pala etc.
La escalera (hecha de piedra y cemento por
los mismos vecinos) que partiendo de al
lado de la capilla, sube atravesando el asentamiento humano de Fortaleza del
Paraíso es muy inclinada ( muy parada dicen por aquí) pero la expedición subía
casi sin detenerse a descansar pues teníamos ganas de llegar al lugar asignado
para la construcción de la capilla. Tras unos momentos de desconcierto al
comunicarnos la junta vecinal que nos habían cambiado el terreno, empezamos
a trabajar en la preparación del terreno
( pampear lo llaman por aquí) Cuando nos disponíamos a clavar los parantes en
la tierra nos dicen que hay que medir porque estamos justo en los límites del
terreno.
Tras el desconcierto inicial por fin nos confirman que donde estábamos
trabajando si correspondía al terreno que nos habían asignado y que por tanto
podíamos seguir. Se unieron a nuestro grupo 6 personas dela sentamiento y en
cuestión de minutos estaban clavados los parantes, los listones y las
calaminas. Eran las 9,30 de la mañana cuando terminamos la sencilla
construcción, sin paredes todavía. Entonces, mientras unos preparaban todo para
la eucaristía, otros fueron con el megáfono a avisar a los moradores de los
distintos asentamientos lindantes con Palmeras del Paraíso: Lugano del Paraíso,
Balcón del Paraiso, 30 de Octubre y Virgen de las Nieves.
Fueron pocas personas
las que acudieron a la llamada para celebrar la eucaristía, unas 20 personas,
porque en todos los asentamientos había faena comunitaria y tienen que acudir
bajo pena de multa o la retirada del terreno a los que no asistan. No era la
primera misa que se celebraba en asentamiento, ya se habían celebrado otras dos
anteriormente, pero si la primero en el terreno designado para capilla. Si toda
celebración de la eucaristía es una fiesta gozosa y acción de gracia, esta lo
fue por partida doble. La emonición que nos embargaba a todos hizo que la
eucaristía fuera una autentica fiesta en la que todos participamos vivamente y
donde elevamos nuestra acción de gracias a Dios Padre por la enorme gracia que
suponía poner en marcha una capilla para la gente más pobre de la parroquia que
viven en estos asentamientos situados en lo más alto de un cerro. Hemos quedado
que dentro de un mes volveremos a celebrar la eucaristía y a seguir con la
faena para construir una capilla sencilla de madera, igual que las primeras
casas que van haciendo ellos con cuatro palos, unas sencillas tripley y
calamina. Ahora toca construir la comunidad cristiana empezando por acercar a
la capilla a los vecinos de estos asentamientos y segundo ofrecerles junto a la
celebración de la Eucaristía y otras actividades para ir haciendo tomar
conciencia a todos la capilla es para ellos y por tanto deben colaborar, en la
medida de sus posibilidades.
JOSE LUS CALVO
VICENTE
Esta capilla (a la cual no le
hemos puesto nombre todavía) y empezar, primero a comunicárselo a todos los
vecinos para que se acerquen por la capilla y segundo que sean ellos mismos los
que la lleven adelante.
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