martes, 11 de agosto de 2009

TERCER DOMINGO DIA DEL NIÑO

El tercer domingo de agosto se celebra en todo el Perú el "DIA DEL NIÑO".
Una ocasión especial para demostrarle nuestro cariño a los engreídos del hogar. Para dedicarles tiempo y compartir sus actividades: saliendo de paseo, jugando con ellos, y por qué no, hasta consintiéndolos.
Una ocasión especial para celebrar con la infancia, pero también para demostrar interés por sus necesidades, para tomar conciencia de sus derechos y de cómo garantizar su seguridad.

En especial a esos niños mas pobres que a su vez son abandonados, o son huerfanos, con mal formación, discapacitados y aún hay mas por mencionar, y son olvidados por la sociedad ¿Que hacemos para solucionar este problema? Esta en frente de nosotros. Entonces no nos hagamos ciegos ante esta situacion y empezemos ayudar a esos niños que mas nos necesitan

¿POR QUE ESTA FECHA?

La idea de festejar el “Día del niño” surgió el 20 de noviembre de 1959, hace más de 45 años, cuando la Asamblea General de la ONU decidió reafirmar los derechos de los niños de manera universal. Desde entonces, cada país cuenta con un día para celebrar y organizar actividades que buscan ayudar a desarrollar el bienestar de los menores.

Por ello, en nuestro país se celebra cada tercer domingo de agosto el Día del Niño.
Con la institucionalización de esta celebración se promueve crear conciencia de las urgencias en torno a la vasta población de niños en el Perú, a sus necesidades, carencias y al mismo tiempo motivar a la población para que se mejoren su calidad de vida.

lunes, 10 de agosto de 2009

LA ASUNCION DE LA SANTISIMA VIRGEN AL CIELO

« Hoy María Virgen subió a los cielos: alegraos porque con Cristo reina para siempre. »

Es el grito de la Liturgia y de la fe cristiana, dos veces milenaria.

La que fue Madre de Dios e Inmaculada desde su Concepción, con convenía, no podía, sufrir la corrupción del sepulcro. Su santa dormición fue un deliquio místico de amor entrañable a su Dios, y enseguida un raudo vuelo de paloma a lo más encumbrado de los cielos, cortejada por los coros angélicos.

Subió hasta la diestra de su Hijo benditísimo para preceder en la gloria a sus hijos adoptivo, que son casi legión, que son casi infinitos. Por todos se interesa, como madre e intercesora, la « llena de gracia», la « más bendita de todas las mujeres».
Y el papa Pío XII, cediendo a su personal creencia y filial devoción y respondiendo también al unánime voto de toda la cristiandad, define Dogma de fe cristiana esa Asunción de María a los cielos en su cuerpo y alma, para gloria de tan excelsa Señora y esperanza de sus hijos militantes en la tierra.

El 1 de noviembre del Año Santo y Jubilar de 1950 presenció la acogedora plaza de San Pedro el acto más apoteósico que jamás pudo contemplarse en el mundo ante el medio millón personas de toda raza y país que a la voz del Sumo Pontífice Romano aclamaron a la Reina Asunta a los cielos e imploraron juntos su maternal protección sobre este mundo sufriente.

Reina y Madre santísima, segura de tí misma, muéstrate solícita por los tuyos, que sufrimos continua lucha y continua tempestad. Tu fiesta culminará en ocho días con la celebración de tu fiesta con el título de Reina. Esto nos pone de manifiesto tu perfecta y total glorificación junto a tu Hijo, Rey y Señor de todo el universo.

Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, ella, al aceptar tu Palabra, con limpio corazón, mereció concebirla en su seno virginal, y al dar a luz a su Hijo, preparó el nacimiento de la Iglesia. Ella, al recibir junto a la cruz el testamento de su amor divino, tomó como hijos a todos los hombres, nacidos a la vida sobrenatural por la muerte de Cristo.

Ella, en la espera pentecostal del Espíritu, al unir sus oraciones a las de los discípulos, se convirtió en el modelo de la Iglesia suplicante. Desde su asunción a los cielos, acompaña con amor materno a la Iglesia peregrina, y protege sus pasos hacia la patria celeste, hasta la venida gloriosa de Nuestro Señor Jesucristo.


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La Asunción de la Santísima Virgen al Cielo
15 de Agosto

"Y apareció en el cielo una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y 12 estrellas a su alrededor. Más impresionante que un ejército en orden de batalla". (Apocalipsis, 12).
Explicación de la fiestaLa Asunción es un mensaje de esperanza que nos hace pensar en la dicha de alcanzar el Cielo, la gloria de Dios y en la alegría de tener una madre que ha alcanzado la meta a la que nosotros caminamos. Este día, recordamos que María es una obra maravillosa de Dios. Concebida sin pecado original, el cuerpo de María estuvo siempre libre de pecado.

Era totalmente pura. Su alma nunca se corrompió. Su cuerpo nunca fue manchado por el pecado, fue siempre un templo santo e inmaculado. También, tenemos presente a Cristo por todas las gracias que derramó sobre su Madre María y cómo ella supo responder a éstas. Ella alcanzó la Gloria de Dios por la vivencia de las virtudes. . María cumplió perfectamente con la voluntad de Dios en su vida y eso es lo que la llevó a llegar a la gloria de Dios. En la Tierra todos queremos llegar a Dios y en esto trabajamos todos los días. Esta es nuestra esperanza. María ya ha alcanzado esto. Lo que ella ha alcanzado nos anima a nosotros. Lo que ella posee nos sirve de esperanza. María tuvo una enorme confianza en Dios y su corazón lo tenía lleno de Dios. Ella es nuestra Madre del Cielo y está dispuesta a ayudarnos en todo lo que le pidamos.

AFINANDO MOTORES: RETIRO DEL CLERO

1 Atrás quedaron todas las preocupaciones cotidianas: las parroquias, los grupos, las reuniones, todas las tareas pastorales, el activismo… Maletines al hombro y camino de Cieneguilla, donde esperaba –limpia y ordenada- la Casa de Retiro “Alvernia”, donde hace dos años también nos acogieron con idéntico cariño. Naturaleza espléndida y relajante, tranquilidad, sencillez, todo a punto para que una veintena de sacerdotes diocesanos, un diácono permanente y un hermano franciscano nos dispusiéramos a hacer nuestro retiro anual.

2 Y allá estaba ya esperando, el más madrugador (¡luego nos enteramos que se levanta a las 4 de la madrugada!) el director del retiro, monseñor JOSÉ GEA ESCOLANO, un jovencito de 80 años, obispo emérito de Mondoñedo-Ferrol (en España) y desde hace 4 años misionero de a pie en la diócesis de Carabayllo.

3 Pero, por supuesto, nos esperaba también Dios con sus sorpresas. Él tan cercano y, a la vez, siempre novedoso, misterio a seguir profundizando… Y de eso se trataba el retiro, de encontrarnos con el Señor y de identificarnos un poco más con Él, buen pastor, y de serle fieles. Una vez más le dimos gracias por haber sido elegidos y llamados, por consagrarnos a su servicio, por invitarnos a estar con El y a compartir su Proyecto. También por el privilegio de compartir la fe con nuestras comunidades de Lima Sur, tan ricas en vivencias y en camino recorrido.

4 Sí, descubrimos en nosotros el pecado, el no ser del todo fieles, la falta de entrega total a la causa del Reino… Y, una vez más, su mirada cariñosa y su sonrisa ofreciéndonos el perdón y su amistad renovada (quizás la mirada y la permanente sonrisa de monseñor Gea eran espejo que nos regalaba una imagen de las del Padre Dios).

5 Todo en un doble contexto: Estamos en el “Año Sacerdotal”, un año especialmente dedicado a que profundicemos en serio sobre el sentido de nuestro sacerdocio, a que nos

identifiquemos mucho más con el único y eterno sacerdote, Jesucristo el Señor, y a que vivamos humildemente y con profunda gratitud el don que Dios Padre nos ha hecho para servicio de los hermanos. Y ese servicio bien coordinado dentro de nuestro Plan Pastoral Diocesano recién estrenado. Ambas cosas nos estaban como obligando a este alto en el camino para mirar hacia dentro, para hacernos radiografía, tomografía y resonancia magnética de todo nuestro ser sacerdotal.

6 Tuvimos tiempo para todo: para la contemplación serena y gozosa, para la oración y la adoración, para reflexionar personalmente y compartir entre hermanos (los conversatorios de cada noche nos acercaban más entre nosotros, además de aclarar puntos). Celebramos aniversarios de ordenación, cumpleaños (con tortas incluidas), todo en un clima de verdadera fraternidad. Hasta disfrutamos, durante las comidas, de la lectura de una bella novela que nos hacía soñar con una iglesia más sencilla, más cercana y samaritana, más evangélica: “La aventura del Papa Jacinto”.

7 En ese ambiente gozoso nos encontró nuestro obispo y pastor, monseñor Carlos García, que vino para presidirnos la Eucaristía final, junto con algunos hermanos sacerdotes más que no habían podido estar en el Retiro. Palabras de aliento las que nos dirigió en su homilía, además de
invitarnos a orar por Monseñor Barreto, arzobispo de Huancayo, injustamente amenazado por ejercer su labor profética, por defender el derecho a la vida no solo de su “rebaño huanca” sino de todos pues todos somos afectados por la contaminación del aire, el agua, los animales y las plantas con la irracional explotación minera.

8 Nos supo a poco el Retiro, pero nos esperaban nuestras parroquias y hacia ellas nos dirigimos vuelta, más ligeros, pues el Señor había “afinado bien nuestros motores”.

José Mª Rojo G.