Apocas
semanas del 10 de abril, día de las elecciones presidenciales en nuestro país,
y ante varios hechos de violencia registrados a propósito de esta coyuntura
electoral, es necesario y urgente que los partidos políticos, y en general, la
ciudadanía, rechacen por completo todo acto de violencia física e incluso
verbal por diferencia de ideas o creencias. En tal sentido, tomando como
premisa que la política es el servicio al bien común, de ninguna manera el
hacer política puede dar pie a atacar locales de campaña, agredir a quienes
expresan su opinión en un acto público, amenazar de muerte al presidente de una
entidad electoral o asesinar a alguien porque se opuso a que se pinte un muro
en alusión a un partido político. Esto no es política, esto es delincuencia, y
lamentablemente lo estamos viendo en el transcurrir de los meses como noticia
común en todos los medios de comunicación.
AFIANZAR EL DIÁLOGO
El
clima de violencia debe desaparecer, afiancemos el diálogo. Es común que en un
momento como este, en el que todos expresamos libremente nuestras ideas,
encontremos posturas distintas, simpatías contrarias por los candidatos, pero
no olvidemos que parte de nuestro deber como ciudadanos es informarnos y si hay
que debatir, hacerlo con responsabilidad, respetando nuestras diferencias, sin
caer en polémicas ofensivas o banales que desvalorizan el proceso electoral.
Este es un llamado que también deberían hacer suyas las fuerzas políticas, sus
representantes y militantes, condenando actos violentos que bajan el nivel de
la campaña política y no siendo protagonistas de ellos. Por otro lado, es
necesario también recordarles a nuestras autoridades que debemos proteger y no
criminalizar las manifestaciones pacíficas de los ciudadanos. La represión
policial en marchas como las que se hicieron contra el TPP o contra la
homofobia, son inaceptables. Los ciudadanos tenemos el derecho y el deber de
expresarnos y de vigilar a nuestros representantes, esto no es un delito.
REHABILITAR LA DEMOCRACIA Y LA POLÍTICA
Los
obispos del Perú emitieron un mensaje sobre la importancia de rehabilitar la
democracia y la política, ponderando los criterios éticos a la hora de la
elección de los candidatos: “obtener información veraz y completa sobre la hoja
de vida de los candidatos; exigir un plan de gobierno realista; descartar a los
postulantes corruptos y a los oportunistas; evaluar las promesas de campaña así
como las fuentes de financiación; verificar el compromiso de los candidatos por
la defensa integral de la vida y el cuidado de la Creación. El ejercicio
democrático trasciende el acto electoral”. Esta es una forma responsable de
hacer política desde nuestra condición de ciudadanos.
ASUMIR UN ROL ACTIVO COMO CIUDADANOS
Animémonos
a no tener una actitud pasiva respecto a lo que ocurre en nuestro país,
fomentando el debate de propuestas e ideas en los espacios donde participamos.
No confundamos el ser ciudadanos críticos con intentar o alentar acciones que
vulneren la democracia o que abonen al desprestigio de la política, la que
tanto necesitamos para cumplir con los objetivos de un desarrollo humano
sostenible en nuestro país.
Signos DESDE 1980
Publicación mensual del Instituto Bartolomé de Las Casas y del Centro de
Estudios y Publicaciones.
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