-¿Que S. Martín de Porres había escrito un diario? No lo creo. Si lo más probable es que no supiera leer ni escribir…
-No pues, no quiero decir eso.
-¿Entonces?
-Pues mira, muy sencillo: en nuestra capilla de S. Martín los jóvenes de la Pastoral de la Cultura han estado haciendo un taller de teatro y, como la mejor práctica, se inventaron y escenificaron una obra que la titularon “El diario de Martín” ¿Manyas?
-¡Ahora sí! ¿Y cómo era?
-Pues muy original: mismo como si S. Martín estuviera recordando su vida, leyendo su diario, despacio…y otros actores iban escenificando pasajes de la vida real de S. Martín, desde niño hasta que murió.
-¡Qué interesante! ¿Y quién hacia de S. Martín? ¿Contrataron a un moreno de La Curva?
-Nada de eso, el mismísimo señor responsable de la comunidad cristiana de esa capilla, el Señor Justo Lara, fue S. martín. Y no veas lo seriecito y humildito que estaba recordando su vida… (digo la vida de su patrono, el mulato Martín de Porres)
-Oye, que me perdí algo bueno…
-Buenazo, pues todos los actores trataron de tomarse muy en serio sus personajes y captaron la atención del público de tal manera que pasó una mosca volando y la escuchamos todos… ¡palabra!
-Buena idea me parece eso de escenificar la vida de los santos…
-No de todos, no. Tienen que ser santos como Martín, que no pasan de moda, que fueron tan sencillos imitando a Jesús, tan entregados y serviciales, tan cercanos a nosotros que, de verdad, dan ganas de ser como ellos (perdón, como Jesús).
-Porfa, si otra vez hay de esas cosas, pasa la voz, causa. Eso no puede perderse. Ah! Y felicita de mi parte a esos jóvenes de la Pastoral de la Cultura. Bueno, y al no tan joven Justo Lara, “san martín II”.
-No pues, no quiero decir eso.
-¿Entonces?
-Pues mira, muy sencillo: en nuestra capilla de S. Martín los jóvenes de la Pastoral de la Cultura han estado haciendo un taller de teatro y, como la mejor práctica, se inventaron y escenificaron una obra que la titularon “El diario de Martín” ¿Manyas?
-¡Ahora sí! ¿Y cómo era?
-Pues muy original: mismo como si S. Martín estuviera recordando su vida, leyendo su diario, despacio…y otros actores iban escenificando pasajes de la vida real de S. Martín, desde niño hasta que murió.
-¡Qué interesante! ¿Y quién hacia de S. Martín? ¿Contrataron a un moreno de La Curva?
-Nada de eso, el mismísimo señor responsable de la comunidad cristiana de esa capilla, el Señor Justo Lara, fue S. martín. Y no veas lo seriecito y humildito que estaba recordando su vida… (digo la vida de su patrono, el mulato Martín de Porres)
-Oye, que me perdí algo bueno…
-Buenazo, pues todos los actores trataron de tomarse muy en serio sus personajes y captaron la atención del público de tal manera que pasó una mosca volando y la escuchamos todos… ¡palabra!
-Buena idea me parece eso de escenificar la vida de los santos…
-No de todos, no. Tienen que ser santos como Martín, que no pasan de moda, que fueron tan sencillos imitando a Jesús, tan entregados y serviciales, tan cercanos a nosotros que, de verdad, dan ganas de ser como ellos (perdón, como Jesús).
-Porfa, si otra vez hay de esas cosas, pasa la voz, causa. Eso no puede perderse. Ah! Y felicita de mi parte a esos jóvenes de la Pastoral de la Cultura. Bueno, y al no tan joven Justo Lara, “san martín II”.
Puka
Nota.- No te pierdas la colección de fotos, a continuación.
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