

Su preocupación radica en que el costo de las papeletas ha subido enormemente. Si antes existían chóferes honestos que ante una infracción reconocida aceptaban estoicamente la papeleta, hoy cuando las nuevas multas bordean un promedio de 250 soles, lo más probable es que estos chóferes, antes honestos, terminen cediendo y coimeando a las autoridades ante la imposibilidad de pagar la multa. Aún sabiendo que el “milagro” -para que se vuelva ciega la autoridad- ya no cuesta “un sencillo” sino que ha mudado a papel moneda.
A esto el Titular del Interior, Octavio Salazar, señaló que “las normas son para todos por igual
(…) Todos debemos cumplir las leyes, más aún si se trata de autoridades. A ellos también se les sanciona, porque aquí nadie tiene corona” puntualizó.La solución no pasa por el castigo o por el monto de las multas, que muchas veces no se ponen por los “milagros" ocasionales y las que se ponen muchas veces no se pagan o difícilmente lo hacen. La solución debe ser integral, pasa por realizar cambio en todos los niveles. Desde las mas altas esferas del gobierno, las autoridades, funcionarios, los policías, los choferes, los usuarios, y los peatones.

Las autoridades competentes deben saber que los transportistas necesitan de una infraestructura vial que no deteriore sus unidades. Que las pistas estén en buen estado y bien señalizadas. Que los semáforos funcionen. Que el pago del SOAT no sean tan elevado. Que así como se sube de inmediato el precio del combustible cuando se anuncia un alza, de igual modo baje de inmediato –y en igual proporción- cuando se anuncia una baja.

A los policías que sean justos y honestos. Y cuando vean a sus compañeros salir bien “forrados” los fines de semana producto de una buena sesión de coimas, tener la dignidad de saber que sus manos no están manchadas y que ellos se mantienen únicamente con su limitado sueldo (estén seguros que los propios ciudadanos reclamarán un digno sueldo para ellos).
Que los usuarios colaboren y comprendan que las señalizaciones y los paraderos son para que se cumplan. No exigir lo que está al margen de la ley. Que los peatones asuman una verdadera cultura vial, respetando los cruceros peatonales, usando los puentes para cruzar las vías rápidas.
Pero también, habrá que asumir nuestro papel fiscalizador. Por ejemplo, cuando los autos de guarda-espaldas de dignatarios, ministros, parlamentarios, y diplomáticos no respetan los semáforos. Denunciar a los policías cuando manejan sus autos particulares con el uniforme puesto y comenten infracciones. Señalar a las policías de tránsito que dirigen el tráfico hablando

Es necesario recuperar el verdadero sentido del prójimo y nuestra responsabilidad frente a esa vida. Todos merecemos respeto y esperamos un servicio de calidad. Si no hay cambio de mentalidad no habrá cambio efectivo en este problema.
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