EL
CRISTO BLANCO DEL PARAISO
Como pueden ver en las fotos la
parroquia San José de Nazaret ha colocado un Cristo blanco en el cerro más alto
de los nuevos asentamientos humanos del
paraiso, concretamente en El Lugano del Paraiso, a unos cien metros de la
capilla que hemos construido en otro
asentamiento vecino, Palmeras del Paraiso (en la próxima crónica informaré de
la bendición de la capilla y de la primera misa con fotos). En una mañana de
niebla muy fría se concentraron algunos vecinos de los asentamientos humanos
cercanos para asistir a la bendición del Cristo Blanco que desde ahora va ser
el Señor del Paraiso. Se trata de una imagen de Cristo resucitado que se quito
de la parroquia San José de Nazaret para colocar otro nuevo y tras pintarlo
todo de blanco y darle una imprimación para que no se deteriore, decidimos
colocarlo en el cerro más alto del Paraiso. Desde el se divisa la parroquia y
tres capillas más y se ve prácticamente toda la parroquia, solo quedan ocultos
algunos asentamientos pequeños detrás de algunos cerros. El padre Juan Febrero,
no de los compañeros de la parroquia fue
el encargado de bendecirlo con una sencilla oración exhortando a todos los
vecinos a cuidarlo y a acudir a él para rezar. Por parte de la parroquia nos
comprometemos a tener alguna vez una Eucaristía y otras celebraciones en torno
al Cristo Blanco. Enfrente a unos cuatro kilómetros de distancia se otro Cristo
más grande en dirección al centro de la
ciudad, el Cristo Blanco de Pamplona y los días que están claros, algo
poco corriente en los cerros del paraiso, se otro Cristo Blanco mucho más grande todavía en la Bahía de Chorrillos, junto al mar. Nuestro humilde Cristo Blanco del Paraiso parece saludar a sus hermanos mayores y decirles que él se conforma con ser el Señor del Paraiso, el protector guía y modelo para todas estas humildes familias que han venido a buscar en estos cerros del cono sur de Lima un terreno donde poder construir un humilde hogar para sus hijos. Cristo Blanco del Paraiso, intercede por todas y cada una de estas familias que tantas necesidades tienen y haz que las administraciones públicas no se olviden de trabajar para que estas familias puedan vivir dignamente. Cristo Blanco del Paraiso te pido por último que todos los católicos que acudan a rezarte aquí no se olviden de los “ otros cristos” que hay en cada una de estas humildes viviendas de madera en especial de los cientos de niños que corren cada día entre la tierra y las piedras de estos cerros deserticos del cono sur de Lima.
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