viernes, 29 de enero de 2016

LA CULTURA DEL DESCARTE EN LAS PERSONAS ADULTAS MAYORES

En las diferentes épocas de la historia, el ser humano se ha visto influido por paradigmas sociales y culturales en relación a conceptos como la vejez y el envejecimiento. En la época moderna, estos conceptos se encuentran asociados con la improductividad, dependencia, insuficiencia, entre otros.

Como bien señala Rice: "en la sociedad, el envejecimiento poblacional se enmarca típicamente como una sangría de la economía, una amenaza al sistema de cuidado de la salud y una carga para las familias. En el plano individual la vejez se considera como una época de pérdidas ubicuas y muy pocas ganancias. Pareciera que la mejor manera de llegar a la vejez es evitar del todo envejecer, o al menos, aparentar que no se envejece". (C. Rice, C. Löckenhoff, L. Carstensen. "En busca de independencia y productividad: cómo influyen las culturas occidentales en las explicaciones individuales y científicas del envejecimiento". 2002).

A nivel laboral, este envejecimiento se manifiesta en la edad de jubilación. De acuerdo a nuestro sistema de jubilación, a partir de 65 años de edad los trabajadores son “invitados” al retiro y reemplazados por jóvenes productivos y eficientes. Bajo esta perspectiva, el retiro no es una decisión personal, es una obligación creada por el sistema para mantener la economía. Las personas adultas mayores pierden estatus y valor dentro del mercado laboral.

Como podemos observar, el sistema económico actual convierte al ser humano en un instrumento de producción y consumo. Lo que no sirve, se descarta. Frente a estas desigualdades, el papa Francisco se ha pronunciado enfáticamente para denunciar la cultura del descarte. Para él “se descarta a los ancianos con el pretexto de mantener un sistema económico «equilibrado», en cuyo centro no está la persona humana, sino el dinero”.

En nuestra sociedad actual el Dios cristiano ha sido reemplazado por el dios dinero. Un dios que ha logrado someter al ser humano a las necesidades creadas por el mercado para alcanzar su reconocimiento. Este sometimiento ha llegado a niveles tan inesperados que el ser humano ha renunciado a su propia dignidad para ponerse al servicio de él, incluso minimizando la vida de los demás. Como bien dice el Papa Francisco: “No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en la calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa”.

El predominio del dinero en nuestras vidas ha transformado al ser humano en un ser egoísta que solo piensa en su satisfacción personal. La indiferencia se ha vuelto en una actitud para evadir la responsabilidad que nosotros tenemos con los demás. Las necesidades de las personas adultas mayores han sido reducidas y entendidas como una carga económica para la sociedad, como si se tratara de un favor y no un derecho que toda persona debe gozar.


A manera de reflexión podemos señalar entonces que la cultura del descarte no es de cristianos ya que las personas adultas mayores, así como todo ser humano, no es un bien de consumo del que uno puede disponer y luego tirar. Para el Dios cristiano todos tienen el mismo valor porque el ser humano, a diferencia del dinero, es el centro de todo. Nuestro desafío como cristianos es no dejarnos llevar por falsos ídolos y ser consecuentes con nuestra forma de pensar y actuar, denunciando las injusticias y siendo solidarios con nuestro prójimo, de manera especial, con las personas más excluidas de la sociedad.
"La Moyano"

ÚLTIMAS ELECCIONES DEL SIGLO XX

Las elecciones de abril de este año serán las últimas del siglo XX. La idea de que con ellas terminará un ciclo, sobre lo que existe cierto consenso, debe ser precisada a partir de ciertos hechos sobre los cuales también existe un relativo acuerdo pero que a menudo evitamos referirnos como un parámetro de nuestro sistema.

Es innegable que el golpe de Estado del 5 de abril de 1992 organizó un sistema que fue impactado por la caída del gobierno de Alberto Fujimori el 2000, dando lugar a 15 años de un régimen democrático que nos lleva por primera vez desde 1999 a una cuarta elección sucesiva de un gobierno constitucional. Imposible igualmente negar que durante este período se registraran logros inéditos como un largo crecimiento económico de más de 12 años, la rebaja de más de 30 puntos de pobreza y la mejora relativa de la distribución del ingreso.

Estos resultados se deben a una dinámica compleja del llamado modelo de economía impuesto en 1992, innovado por los tres gobiernos que sucedieron desde el 2001 (que incentivaron especialmente la demanda y la inversión pública) sin afectar su núcleo duro, y con efectos igualmente duros como una severa rebaja de la producción para el mercado interno y el debilitamiento de sectores cruciales como el de Manufactura y Agropecuario.

Menos complejo es el ámbito político/institucional que prácticamente no fue tocado. Las reglas para la formación y ejercicio de la representación son las mismas y tampoco ha variado la relación entre el Estado y la sociedad salvo el incremento de la regulación para determinadas actividades en el mercado. Al contrario, el modelo político instaurado en 1992 se ha profundizado, de modo que la antipolítica es más vigente que nunca.

Apreciando el largo plazo, no se pueden negar “las cosas sucedidas desde el 2000” aunque las rupturas entre el período 1992-2000 y 2000-2015 son menores que las continuidades. La crisis de las instituciones que preside el actual proceso electoral no se debe a las reglas establecidas en el período 2000-2015 sino a la falta de reformas de las reglas generales originadas en 1992, y a que el impulso de la transición del año 2000 fue ahogado.

Sobre ese escenario marcado por las continuidades se agolpan nuevos fenómenos que impulsan el señalado fin de ciclo a propósito de las elecciones de este año. Entre los más dinámicos se cuentan tres: 1) el fin del crecimiento conocido que ha pulverizado el consenso dentro de la ortodoxia y de la heterodoxia económicas; 2) la crisis de seguridad que ha desnudado el bajo estándar de los derechos de propiedad y de justicia; y 3) el estallido de la corrupción que ha reducido a mínimos la confianza de los ciudadanos en la política y en las instituciones.

Por otro lado, la relación entre lo nuevo y constante en este proceso está marcada por lo segundo. El fujimorismo, una candidatura fuerte en las elecciones de este año, fue hegemónico entre 1992 y 2000 y la principal fuerza de oposición a los 15 años de democracia 2000-2015. Asimismo, Humala, la única apuesta de cambio de los últimos años, ha sido sobre todo la continuidad en lo económico y sobre todo en lo político, en tanto que los principales animadores de las elecciones lo han sido de varios procesos electorales y gobiernos: Toledo fue candidato en 5 elecciones y presidente, García fue presidente y candidato en 3, Keiko en 2, PPK también en 2 y ministro y premier entre 2001 y 2006 y Acuña parlamentario, alcalde y gobernador regional.

El fin del largo ciclo no asegura que lo que venga sea necesariamente bueno. No sería sensato predecir que quien gane las elecciones no pueda iniciar una reforma que mejore los contenidos de una república que a pesar de su precariedad tiene cosas que defender porque la historia está poblada de hombres “viejos” que hacen cosas nuevas y buenas. Sin embargo, también es cierto que tenemos varias crisis que parecen no agregarse para producir un efecto de cambio político y que lo nuevo, eso sí, es la escasa demanda reformista desde la sociedad.

http://juandelapuente.blogspot.pe/

jueves, 28 de enero de 2016

UN BUEN CATÓLICO DEBE ENTROMETERSE EN POLÍTICA, DICE EL PAPA

Foto: Bohumil Petrik / ACI Prensa

El Papa Francisco señaló que un buen católico debe entrometerse en la política y que lo contrario no es un buen camino para los fieles.

El Santo Padre recordó que "la política -dice la Doctrina Social de la Iglesia- es una de las formas más elevadas de la caridad, porque sirve al bien común. No puedo lavarme las manos, ¿eh? ¡Todos tenemos que dar algo!"

Hay la costumbre de solo hablar mal de los gobernantes y sobre las "cosas que no van bien": "ves las noticias en la televisión y los apalean, apalean ; lees el periódico y lo mismo …. ¡siempre lo malo, siempre en contra!".

Quizás, "el gobernante, si, es un pecador, como lo era David, pero yo debo colaborar con mi opinión, con mi palabra, también con mi corrección" porque ¡todos "debemos participar al bien común!". Y si "tantas veces hemos escuchado: que ‘un buen católico no se mezcla en política’, esto no es verdad, ese no es un buen camino".

"Un buen católico no se inmiscuye en política. Eso no es cierto. Este no es un buen camino. Un buen católico debe entrometerse en política, dando lo mejor de sí, para que el gobernante pueda gobernar. Y ¿qué es lo mejor que podemos ofrecer a los gobernantes? ¡La oración! Eso es lo que dice Pablo: ‘La oración para todos los hombres y para el rey y para todos los que están en el poder’. ‘Pero, Padre, aquella es una mala persona, debe ir al infierno...’. "Reza por él, reza por ella, para que pueda gobernar bien, para que ame a su pueblo, para que sirva a su pueblo, para sea humilde"

"¡Un cristiano que no reza por los gobernantes no es un buen cristiano!’Pero, Padre, cómo puedo orar por esta persona que no va ...’. ‘Reza para que se convierta’. Rezar. Y esto no lo digo yo, lo dice San Pablo, la Palabra de Dios".

El Papa, señala Radio Vaticano, reflexionó sobre la Carta de San Pablo a Timoteo en la que le pide rezar por los gobernantes. Quien gobierna, dijo, "debe amar a su pueblo", porque "un gobernante que no ama, no puede gobernar: al máximo podrá disciplinar, poner un poco de orden, pero no gobernar". El Santo Padre citó a David, "a cómo amaba a su pueblo", tanto que después del pecado del censo pide al Señor de no castigar al pueblo sino a él. Así, "las dos virtudes de un gobernante" son el amor por el pueblo y la humildad.

"No se puede gobernar al pueblo sin amor y sin humildad. Y cada hombre, cada mujer que tiene que tomar posesión de un servicio público, debe hacerse estas dos preguntas: ‘¿Amo a mi pueblo para servirle mejor? ¿Soy humilde y oigo lo que dicen todos los otros, las diferentes opiniones para elegir el mejor camino?’. Si no se hace estas preguntas su gobierno no va a ser bueno. El hombre o la mujer gobernante que ama a su pueblo, es un hombre o una mujer humilde".

San Pablo exhorta a los gobernantes a elevar oraciones "por todos aquellos que están en el poder, para que podamos conducir una vida calma y tranquila". Los ciudadanos, observó el Papa, no pueden desinteresarse de la política.

Ninguno puede decir: "Yo no tengo nada que ver con esto, son ellos los que gobiernan... No, no, yo soy responsable de su gobierno y tengo que hacer lo mejor, para que ellos gobiernen bien y tengo que hacer lo mejor por participar en la política como pueda".

Por lo tanto, concluyó el Papa, "demos lo mejor de nosotros, ideas, sugerencias, lo mejor, pero sobre todo lo mejor está la oración. Oremos por los gobernantes, para que nos gobiernen bien, para que lleven a nuestra patria, a nuestra nación, y también al mundo adelante, para que exista la paz y el bien común".

(ACI PRENSA/EWTN Noticias)

martes, 26 de enero de 2016

"Los dibujos del Obispo Carlos Osoro de España para el Año de la Misericordia"




* DAR DE COMER AL HAMBRIENTO

* DAR DE BEBER AL SEDIENTO

* VESTIR AL DESNUDO


* VISITAR A LOS PRESOS

* DAR POSADA AL PEREGRINO


* VISITAR AL ENFERMO

* ENTERRAR A LOS MUERTOS

VIVIENDO EL AÑO DE LA MISERICORDIA

12 misericordia

1. El Llamado a la Iglesia de contemplar el misterio de la misericordia: Como un don recibido gratuitamente que trae consigo la responsabilidad de anunciarlo.
2. Reconocer a Dios como un Padre que jamás se da por vencido hasta que no haya disuelto el pecado y superado el rechazo con la compasión y la misericordia: “Porque la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y que consuela con el perdón”.
3. La Apertura de la Puerta Santa como símbolo de un nuevo compromiso para todos los cristianos de testimoniar con mayor entusiasmo y convicción la propia fe: La Iglesia quiere ser en el mundo signo vivo del amor del Padre.
4. Que la Iglesia y las parroquias sean oasis de misericordia: El Papa remarca como cada Iglesia particular estará directamente comprometida a vivir este Año Santo como un momento extraordinario de gracia y de renovación espiritual para acoger a todos con misericordia.
5. Ser misioneros de la misericordia: “Queremos vivir este Año Jubilar a la luz de la palabra del Señor: Misericordiosos como el Padre. El evangelista refiere la enseñanza de Jesús: « Sed misericordiosos, como el Padre vuestro es misericordioso»” (Lc 6,36)”.
6. Impulsar las peregrinaciones como estímulo para la conversión: “Esto será un signo del hecho que también la misericordia es una meta por alcanzar y que requiere compromiso y sacrificio”.
“Queremos vivir este Año Jubilar a la luz de la palabra del Señor: Misericordiosos como el Padre. El evangelista refiere la enseñanza de Jesús: «Sed misericordiosos, como el Padre vuestro es misericordioso» (Lc 6,36)”.
7. Redescubrir las obras de misericordia corporales y espirituales: “El amor, después de todo, nunca podrá ser una palabra abstracta. Por su misma naturaleza es vida concreta: intenciones, actitudes, comportamientos que se verifican en el vivir cotidiano. La misericordia de Dios es su responsabilidad por nosotros. Él se siente responsable, es decir, desea nuestro bien y quiere vernos felices, colmados de alegría y serenos. Es sobre esta misma amplitud de onda que se debe orientar el amor misericordioso de los cristianos. Como ama el Padre, así aman los hijos. Como Él es misericordioso, así estamos nosotros llamados a ser misericordiosos los unos con los otros”.
8. Vivir la cuaresma con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios: En la meditación y la escucha atenta de la Palabra de Dios.
9. Fomentar la iniciativa de las “24 horas para el Señor” para que más personas se acerquen al sacramento de la Reconciliación: “Durante el Jubileo extraordinario de la Misericordia, el confesionario será la Puerta Santa del alma”.
10. Promover la indulgencia por la que Dios hace evidente este amor que es capaz de destruir el pecado de los hombres: Es necesario comprender que la reconciliación con Dios es posible por medio del misterio pascual y de la mediación de la Iglesia.
11. Tiempo oportuno para cambiar de vida. Tiempo para dejarse tocar el corazón: “¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón. Ante el mal cometido, incluso crímenes graves, es el momento de escuchar el llanto de todas las personas inocentes depredadas de los bienes, la dignidad, los afectos, la vida misma”.
12. Que nuestro pensamiento se dirija a María madre de la misericordia: Para que en la mirada de María podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios.
CATHOLIC- LINK

"En nuestro tiempo la Iglesia, Esposa de Cristo, prefiere usar la medicina de la Misericordia y no empuñar las armas de la severidad..." San Juan XXIII