jueves, 10 de diciembre de 2009

CORONA DE ADVIENTO ¡LUZ DE CRISTO!

En muchas casas vemos que antes de Navidad ponen como centro de mesa una corona con velas. Además de ser un elemento decorativo, esta corona anuncia que la Navidad está cerca y debemos prepararnos.

La costumbre es de origen pagano, esta corona representaba el ruego al sol para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los cristianos, para prepararnos a la venida de nuestra LUZ y VIDA, la Natividad del Señor, aprovechamos esta "Corona de adviento" como medio para esperar a Cristo y rogarle infunda en nuestras almas su luz.

El círculo es una figura geométrica perfecta que no tiene ni principio ni fin. La corona de adviento tiene forma de círculo para recordarnos que Dios no tiene principio ni fin, reflejando su unidad y eternidad. Nos ayuda también a pensar en los miles de años de espera desde Adán hasta Cristo y en la segunda y definitiva venida; nos concientiza que de Dios venimos y a Él vamos a regresar.
El follaje verde perenne representan que Cristo está vivo entre nosotros, además su verde color nos recuerda la vida de gracia, el crecimiento espiritual y la esperanza que debemos cultivar durante el Adviento.

Las cuatro velas representan los cuatro domingos de Adviento. La primera, segunda y cuarta vela que se encienden son de color morado. El color morado representa el espíritu de vigilia, penitencia y sacrificio que debemos tener para prepararnos adecuadamente para la llegada de Cristo. El tercer domingo se enciende la vela rosada. Este color representa el gozo que sentimos ante la cercanía del nacimiento del Señor. El día de Navidad las velas moradas son substituidas otras de color rojo que simboliza el espíritu festivo de la reunión familiar. En algunos, todas las velas se substituyen por velas rojas y en el centro se coloca una vela blanca o sirio simbolizando a Cristo como centro de todo cuanto existe.

La luz de las velas simboliza la luz de Cristo que desde pequeños buscamos y que nos permite ver, tanto el mundo como nuestro interior. Cuatro domingos antes de la Navidad se prende la primera vela. Cada domingo se enciende una vela más. El hecho de irlas prendiendo poco a poco nos recuerda como conforme se acerca la luz las tinieblas se van disipando, de la misma forma que conforme se acerca la llegada de Jesucristo que es luz para nuestra vida se debe ir esfumando el reinado del pecado sobre la tierra. La luz de la vela blanca o del cirio que se enciende durante la Noche Buena nos recuerda que Cristo es la Luz del mundo. El brillo de la luz de esa vela blanca en Navidad nos recuerda como en la plenitud de los tiempos se cumple el "Advenimiento del Señor".

MES DE ADVIENTO, NACERÁ EL SALVADOR

Comenzamos este domingo el Adviento, un tiempo cargado de esperanza. Y abrimos un nuevo año cristiano.

Durante este tiempo se nos invitará constantemente a estar vigilantes, a desear con ardor la venida del Señor. A confesar nuestros pecados y pedir perdón de ellos. A mirar a la vida con los ojos de la fe, para descubrir la presencia del Señor que viene… Pero si echamos una vista a nuestro alrededor nos daremos cuenta que quizás hasta nosotros mismos estamos de vuelta de casi todo, ya no esperamos ningún Salvador y lo peor es que a veces pensamos que no necesitamos que Dios nos ayude, que por nosotros mismos podemos valernos. Ya nada más lejos de la realidad…

Con nuestro saber científico hemos logrado que los tullidos anden, que los sordos oigan, que los ciegos vean…, hemos arrancado frutos abundantes de los desiertos, y hasta hemos escalado los cielos… cantando así, no la gloria de Dios, sino la gloria del hombre…

Muchos piensan que ya Dios no es necesario, se arreglan sin Dios y hasta es posible que algún día resucitemos a los muertos…

Y sin embargo nos hemos vuelto violentos, acudiendo a la guerra para defender la paz… Cada vez ampliamos más la distancia entre los países ricos y los países pobres…Nos vemos amenazados continuamente, y es que, conocemos lo que es el bien, pero nos falta fuerza y voluntad para cumplirlo…

Toda la ciencia unida no puede ni podrá nunca producir ni una migaja de AMOR, ni una gota de ALEGRÍA.

No nos damos cuenta de que, sin Dios todo carece de sentido; la muerte hace inútil todas nuestras conquistas y esperanzas…Pero un creyente, que observa todo esto a su alrededor, tiene que ser consciente de que la vida tiene sentido, y de que amar es una forma de mantenerse a la espera. Por eso, hay que vivir con honradez, limpieza y transparencia, siendo generosos y alegres con todos… para que si viene el Señor en cualquier momento nos encuentre siempre vigilantes, atentos…, preparados…

El Señor vino y vendrá… pero sobre todo, el Señor está viniendo a tu vida en cada instante… ¿no lo notas…? Si no es así, es que tienes frío el corazón y el espíritu… ¡Ven Señor Jesús! ¡Que cada uno de nosotros abra su corazón y su vida a tu venida! Porque de corazón: ESPERAMOS TU VENIDA.