lunes, 20 de julio de 2009

PRENSA: ¿INFORMACIÓN O DESINFORMACIÓN?

En pocas ocasiones como en las últimas semanas se ha puesto tan en duda el papel real de la prensa. Pocas veces se ha visto tan desubicada de los reales problemas nacionales como ahora. Ya nos habíamos olvidado del fujimorato pero se nos ha refrescado la memoria a muchos.

-Hace mes y medio estaba pasando el país por dos problemas serios: el conflicto amazónico y el duro golpe del frío en los rostros de los habitantes del Ande ¿Y la prensa? Pues gastando ríos de tinta sobre la gripe porcina, cuando pareciera que estaban ansiosos porque apareciera el primer caso dentro de nuestras fronteras.

-Ocurre el pésimo manejo de la crisis de lo de Bagua, la interpelación a los ministros y el voto de censura al premier y ¡oh maravilla! Muere Maicol Jackson y la noticia de su muerte entierra las otras noticias de sumo interés para el país.

-Sucede la fuerte tensión en muchos lugares del interior del con paros y diversos modos de protesta y –otra vez la muerte- los medios todos se centran en la telenovela de Alicia Delgado y su supuesta asesina intelectual Avencia Meza…

-Y cada día, con una obligación ineludible, el número de contagiados y –ahora sí- los primeros muertos de gripe porcina (aunque sea a causa de enfermedades previas a ella).

Visto panorámicamente y en perspectiva, se hace muy difícil creer que pueda ser todo ello “pura casualidad”. No hace falta ser un lince para sospechar que hay claros intereses detrás para que un tipo de noticias acapare y desplace de los titulares a otras; pareciera que la realidad le da la razón a aquel amigo que, cuando le acusaban de “mal pensado”, decía: “yo antes pensaba mal, ahora acierto”.

Siendo eso así la primera pregunta es obvia: ¿acaso no es el primer objetivo de todo medio de comunicación informar? Sí, por eso lo que ocurre no es pura anécdota, es algo mucho más serio.

Cuando quienes deben informar, se dedican sistemáticamente a desinformar, bien poco podemos esperar de una profesión tan noble, la de los comunicadores, que fueron llamados para defender la verdad a toda costa. Triste papel el de ellos/as. ¡Y pobre sociedad obligada a bailar al son que le marcan la casi todo poderosa prensa! Perdón, los superpoderosos que se esconden tras ella… (José Mª Rojo)